lunes, 19 de diciembre de 2011

Dirty Three - Whatever You Love, You Are (2000)




"La música instrumental tiene una cualidad metafísica y primitiva"
Warren Ellis



Hace algo más de un mes asistí al toque en el que Josh T Pearson presentó al público londinense Last of the Country Gentleman (su primer disco como solista) en el renombrado Barbican Centre. No fueron más que seis canciones, todas baladas que promediaban los diez minutos. Un folk ralentizado, sobrecogedor, que te susurra al oido y te impone su ritmo. Si bien en aquella oportunidad la guitarra y la voz de Pearson fueron los únicos instrumentos en escena, la grabación en estudio tuvo algunos músicos invitados, siendo de seguro Warren Ellis (violinista y frontman de Dirty Three) el nombre más resonante. Menciono la anécdota porque encuentro que en ambos proyectos (tanto el de Pearson como el de Ellis) se puede encontrar cierta afinidad, algo así como una busqueda en común: retomando lo que Eloy Fernandez señaló al hablar del postrock del sello Constellation (juicio que parece valer también para Dirty Three y Pearson), existe en estos artistas la voluntad de reapropiarse de ciertos elementos del folk para integrarlos en temas de largo desarrollo (de corte atmosférico, envolvente, minimalista). El antidoto contra las narrativas y las constricciones del mercado y el top 40 es precisamente un folk que se primitiviza y deja de ser discursivo e incluso figurativo.

Whatever You Love, You Are no solo es el álbum más orquestal de Dirty Three; parece también el más primigenio, atemporal y trascendental. Todo parte del instrumento principal, la fuente de donde proviene toda la magia, el violín de Warren Ellis, interpretado con tal maestría que a veces suena como un cuarteto completo. Si trabajos previos como el inolvidable Ocean Songs parecen más técnicos y denotan el esfuerzo de establecer un estilo, en Whatever You Love, You Are aparece cierta exhuberancia y densidad que frustra cualquier intento de descripción. La música es de nuevo inefable.

Dirty Three - Whatever You Love, You Are (2000)

La Bogotá de Burroughs



Hotel Mulvo Regís, Bogotá, 25 de enero de 1953


Querido Al:

Bogotá está situada en una planicie alta rodeada de montañas. La hierba de la sábana es de un verde claro, y aquí y allá se levantan sobre la hierba monolitos negros precolombinos. Es una ciudad de aspecto lúgubre y sombrío. El cuarto del hotel es un cubículo sin ventanas (en América del Sur, las ventanas son un lujo), con tabiques de madera prensada, color verde y una cama demasiado chica.

Durante largo rato estuve sentado en la cama paralizado por la depresión. Luego salí al aire frío y enrarecido para tomar algo, dando gracias a Dios por no haber venido a parar a esta ciudad enfermo por el opio. Tomé algunas copas y regresé al hotel donde un camarero feo y maricón me sirvió una comida que no valía gran cosa.

Al día siguiente fui a la Universidad en busca de datos sobre el yagé. Todas las ciencias están amontonadas en El Instituto. Es éste un edificio de ladrillos rojos, corredores polvorientos y oficinas sin nombre, en su mayor parte cerradas. Fui avanzando por sobre cestos, animales embalsamados y muestras botánicas. Estas cosas son continuamente llevadas de un lugar a otro sin ninguna razón aparente. De pronto, alguien sale de un escritorio y reclama algún objeto de esa mescolanza dejada en los pasillos y hace que se lo lleven a su oficina. Los ordenanzas, sentados sobre las cestas, fuman y saludan a todo el mundo dándole el título de "doctor".




En una habitación grande y llena de polvo, de ejemplares de plantas y de olor a formol, vi a alguien que estaba buscando algo que no lograba encontrar, con un aire de aristocrático fastidio. Nuestras miradas se cruzaron.

“¿Qué habré hecho con mis muestras de cacao? Era una variedad nueva de cacao silvestre. ¿Y qué estará haciendo este cóndor embalsamado aquí en mi mesa?"

El hombre tenía el rostro delgado y fino, llevaba anteojos con montura de acero, una americana de tweed y pantalones de franela oscura. Sin la menor duda. Boston y Harvard. Se presentó como el doctor Schindler. Estaba relacionado con una Comisión de Agricultura de los Estados Unidos.

Le pregunté acerca del yagé. "Sí, dijo, aquí tenemos muestras. Venga y le mostraré", agregó, echando una última mirada en busca de su cacao. Me mostró un ejemplar seco de la planta de yagé, una trepadora de aspecto muy corriente. Sí, lo había tomado. "Conseguí colores, pero no visiones."

Me indicó con exactitud lo que yo necesitaría para el viaje, dónde debía ir y a quién debía ver. Le pregunté acerca del aspecto telepático. "Eso, claro, es pura imaginación", dijo. Me señaló el Putumayo como la región más fácilmente accesible donde podría encontrar yagé.

Me tomé unos días para reunir el equipo y conseguir el capital. Para una expedición a la selva se requieren medicamentos; el suero antiofídico, la penicilina, el enterovioformo y el aralén son esenciales. Además una hamaca, una manta y una bolsa de caucho llamada tula para llevar las cosas.

Bogotá es alta, fría, y húmeda; es un frío húmedo que se le mete a uno dentro como el frío enfermizo del opio. No hay calefacción en ninguna parte y uno nunca llega a calentarse. Como en ninguna otra ciudad que haya visto en América del Sur, se siente en Bogotá el peso muerto de España, sombrío y opresivo. Todo cuanto es oficial lleva el sello de Made in Spain.

Tuyo William

(William Burroughs, Las cartas de la ayahuasca, 1963)

domingo, 27 de noviembre de 2011

Georges Perec - Pensar Clasificar




Extracto de Pensar Clasificar:

"Nunca me resultó cómodo hablar de mi trabajo de manera abstracta y teórica; aunque lo que produzco parezca originarse en un programa elaborado tiempo atrás, en un proyecto de larga data, creo que mi movimiento se encuentra -y se demuestra- andando: de la sucesión de mis libros nace para mi la sensación, a veces confortante, a veces pertubadora (pues siempre depende de un "libro que vendrá, de una inconclusión que designa lo indecible hacia lo cual tiende desesperadamente el deseo de escribir), de que recorren un camino, señalizan un espacio, jalonan un itinerario vacilante, describen paso a paso las etapas de una búsqueda cuyo "porqué" no sé explicar, pues sólo conozco el "cómo": tengo la confusa sensación de que los libros que escribí se inscriben, cobran sentido en una imagen global que me hago de la literatura, pero me parece que jamás podré asir esta imagen con precisión, de que ella es para mí un más allá de la escritura, un "por qué escribo" al cual sólo puedo responder escribiendo, postergando sin cesar el instante mismo en que, al dejar de escribir, esta imagen se volvería visible, como un rompecabezas inexorablemente resuelto."
- Georges Perec (1985)

viernes, 4 de noviembre de 2011

Papering over cracks, by J. G. Ballard



A number of experiences, particularly during my childhood in the Far East during the Second World War, encouraged me to regard the human race as potentially dangerous. People brought up in the comfortable suburbs of west Europe and North America tend to think that human beings are at heart governed by a kind of enlightened self-interest; that they are thoughtful and humane above all. I'm not sure that is true. If you look at the behaviour of, say, the warring factions in Iraq at the moment with their endless suicide bombings and terrible carnage, or the civil war in the former Yugoslavia, where the most incredible brutality and ethnic cleansing took place, or if you go back to the Second World War in Europe, when tens of millions died in the most brutal way, I'm not convinced that human beings can be trusted beyond a certain point. I think they are quite capable in the right, or rather the wrong, circumstances of behaving irrationally.

About two years ago there were riots in an IKEA store near the North Circular Road in London. People abandoned their cars and were fighting over sofas. Football hooliganism has been a terrible stain on the national character, and it could come back.

We have a sort of Passport to Pimlico view of social behaviour in this country. It's an Ealing-comedy, Dad's Army view of the world: we laugh, but forget that in the real world there is a war going on too. We like to think of England as big brown teapot with a nice tea cosy over it but actually we should remember that there isn't always tea in the pot. Sometimes it's something a little stronger. If you believe that England is all cricket grounds and villages and cycling to evensong, you're going to find the nation I describe in Kingdom Come about as soothing as a punch in the face.

The English are great actors, and we're all performing roles whether we're aware of it or not. We don't have the sort of frankness and openness of the Australians, or Americans or Canadians. In England there's a very complex social landscape dominated by the class system, which still seems to be very strong. Here people tend not to say what they think. We behave like passengers on a crowded aircraft, or, if you like, a crowded lifeboat: we put on a face that is designed to lower the temperature, allowing everything to carry on without too much discomfort. The trouble is that this hides the underlying truth about what we feel. Look at how the English are notorious for their pleases and thank yous. If you're paying for a thing, you don't need to say thank you. But what the surface politeness actually does is hide an underlying aggression and unease. It is all to do with our desire to paper over the cracks – and there are a lot of cracks.

The whole social landscape of England is changing tremendously, and particularly around the big motorways. Not that the people who work in newspapers and television ever visit these areas. They come back from their cottages in the West Country and they look down from the M4 at places like Staines and Slough and Hounslow and they give a shudder and drive on.

There's a belief that you've got to dip a toe into the waters of psychopathology to provide the kind of high-tension excitement people need, because everyone in the consumer world is very bored. This is the thing about suburbia: there's enormous boredom, and we've reached the stage where people need something a little frightening, a little deviant, to take notice. There's definitely something in the air. Compare, say, TV programmes like Inspector Morse, which had a gentleman detective sipping his pint and listening to Mozart as he solved a crossword puzzle, and something like CSI, where you're looking at a corpse on an autopsy table, and ribcages are being opened like suitcases. Violence and madness have a huge appeal, and it'll move into the area of politics sooner or later too.

The enemy of creativity today is that so much thinking is done for you. The environment is so full of television, party political broadcasts and advertising campaigns, you hardly need to do anything. We're just drowning under manufactured fiction, which satisfies our need for real fiction.

Cyril Connolly said that the greatest enemy of creativity is the pram in the hall, but for the real novelist the pram in the hall is the greatest ally – it brings you up sharp and you realize what reality is all about. That and a couple of large Scotches.

The Drawbridge Quaterly, Issue 05, Freedom, Summer 2007

sábado, 29 de octubre de 2011

The Psychic Paramount - II (2011)



Sin hacer demasiado ruido (o mejor, sin sucitar demasiado interés) y luego de varios años de ausencia, The Psychic Paramount se reensambla y reemerge entre los bastos catálogos de las tiendas especializadas y los relucientes anaqueles de la blogosfera con su segundo LP (muy esperado, sea dicho de paso, por algunos críticos de internet que en su momento vieron a Gamelan Into the Mink Supernatural, debut de Psychic, como uno de los mejores albumes de "power rock" de la pasada década). De nuevo Ben Armstrong al bajo, Jeff Conaway a la batería y Drew St. Ivany tocando la guitarra... lo que este trio nos entrega es un trabajo inagotable, inmenso, conformado por capas y capas de sonidos que van componiendo paisajes y texturas que pronto son destruidos sin más para dar paso a nuevos decorados... todo esto a toda marcha, sin descanzo.

Desde el primer momento, el embate furioso y frenético de la bateria, que es acompañado por un bajo que explora siempre a la vanguardia y una guitarra distorsionada, inagotable y libre, genera en nosotros la sensación de haber despertado en medio de un huracán. Y es precisamente esa interacción entre los tres instrumentos la clave para el profundo estado de embelesamiento; conforme el ritmo se retuerce y bifurca, cada cual encuentra la forma de volver más adelante a un punto en común, con lo que el efecto final no es el completo caos, pues siempre se mantiene el momentum. Conaway y Armstrong son centrales en este juego, le dan un norte a ese aleteo acrobático e infatigable que es la guitarra de St. Ivany.

The Psychic Paramount es a un mismo tiempo descontrol y virtuosismo, energía salvaje y dominio de la más depurada técnica. Para mencionar precedentes, su sonido hace pensar en Lightning Bolt, Boredoms, Oxes y Gospel. Como apunte anecdótico, la banda fue escogida por Battles como parte de la alineación para el segundo día en la próxima versión del renombrado All Tomorrows Parties en Minehead, Reino Unido. En algo más de un mes, espero estar ahí en primera fila para luego poder dar testimonio.

The Psychic Paramount - II (2011)

martes, 25 de octubre de 2011

A little taste of contemporary corporate agitprop


Dearest Fish-Take Heart


A reminder that you live in the most successful country on the planet, in the most powerful city in the world, in one of the hotest [sic] industries in recorded history, for the best company in that industry! You Rock! You're [sic] opportunities are boundless. The experience you gain here may provide you the ability to transform [sic] your environment! You're more alive than you can possibly imagine!


A prophet adressing his employees at Soho-bassed Razorfish Marketing (April 2002)

domingo, 23 de octubre de 2011

El problema de Dios


Dios. El nombre propio más usado en todas las épocas, pero sobre cuyo portador no se ponen de acuerdo los monoteístas. El monoteísmo, por su parte, es una aberración que surge naturalmente del politeísmo. Los griegos veían a Sócrates con sorpresa porque éste parecía pensar que sólo existía un Dios. Desde luego, si uno cree que hay más de cien dioses, debe parecerle que quien afirma que sólo hay uno es una especie de ateo. El problema del monoteísta es que le pone demasiado trabajo a su dios y, como si fuera poco, le exige que lo haga a la perfección. (Cuando el trabajo queda mal hecho el monoteísta le echa la culpa al resto, alegando que se trata de una cosa llamada por él «libre albedrío».) Aunque, también hay que decirlo, unos cuantos monoteístas considerados no le piden a su deidad que lo haga todo bien. Están, desde luego, quienes exageran de este lado. Leí la siguiente frase en inglés en alguna parte que ya no recuerdo: «Si existe un ser superior, debe ser un hijodeputa». (Mi memoria la atribuye a Dorothy Parker, pero no estoy seguro.) La demostración más convincente de este punto de vista monoteísta cortés es, a mi juicio, la siguiente: «El cliente: Dios hizo el mundo en seis días, y usted no es capaz de hacerme un pantalón en seis meses. El sastre: Pero señor, mire el mundo y mire su pantalón».
Samuel Beckett, Manchas en el silencio, Tusquets, 1990, p. 25.

viernes, 14 de octubre de 2011

Guy Debord - In girum imus nocte et consumimur igni (1978)




No haré en esta película ninguna concesión al público. Varias y excelentes razones justifican, a mi modo de ver, tal conducta. Voy a darlas.Ante todo, es bien notorio que en parte alguna he hecho concesiones a las ideas dominantes de mi época, ni a ninguno de los poderes existentes.

Por otra parte, sea cual sea la época, nada importante se ha comunicado manejando al público, aunque fuera el de los contemporáneos de Pericles; y, en el gélido espejo de la pantalla, los espectadores nada ven ahora que recuerde a los respetables ciudadanos de una democracia.

He aquí lo esencial: este público tan enteramente privado de libertad y que lo ha soportado todo, merece, menos que cualquier otro, ser manejado. Los manipuladores de la publicidad, con el tradicional cinismo de aquellos que saben que la gente es llevada a justificar las afrentas de las cuales no se vengan, le anuncian hoy, tranquilamente que "cuando se aprecia la vida, se va al cine". Pero esta vida y este cine son ambos poca cosa; y es en esto que son indistintamente intercambiables.

[...]

El público de cine, que tiene que pensar, ante todo, en tan toscas verdades, que tanto le conciernen y que generalmente le son tan escamoteadas, no podrá negar que un filme que, por una vez, le presta el servicio de revelarle que su mal no es tan misterioso como él cree y que tal vez no sea incurable a poco que consigamos un día la abolición de las clases y del Estado, no podrá negar, digo, que esta película no tenga, al menos en esto, un mérito. Otro, no tendrá. En efecto, este público que en todas partes quiere mostrarse conocedor y que en todo justifica lo que ha sufrido, que acepta ver como el pan que come y el aire que respira se vuelven cada día más repugnantes, lo mismo que sus alimentos y sus casas, sólo rezonga contra los cambios cuando se trata de cine al que está acostumbrado; y aparentemente es la única de sus costumbres que ha sido respetada. Quizás no haya habido nadie más que yo que lo haya ofendido en este punto. Ya que los demás, incluso modernizados hasta el punto de inspirarse, a veces, de los debates vulgarizados por la prensa, postulan la inocencia de tal público, y le muestran, según la costumbre fundamental del cine, lo que sucede lejos: distintas clases de estrellas que en su lugar han vivido y que él contemplará por el ojo de la cerradura de una familiaridad canallesca.

El cine del que estoy hablando es esta imitación insensata de una vida insensata, una representación cuyo fin es no decir nada, engañar el tedio durante una hora mediante el reflejo del mismo tedio; es esta despreciable imitación que es el engaño del presente y el falso testigo del futuro; que, mediante muchas ficciones y grandes espectáculos, no hace más que consumir inútilmente, amontonando imágenes que el tiempo arrastra. ¡Qué respeto infantil por las imágenes! Le conviene a esta plebe de vanidades, siempre entusiasta y siempre decepcionada, sin gusto pues de nada ha tenido una experiencia feliz, y de las experiencias desgraciadas nada reconoce porque no tiene ni gusto ni coraje: hasta tal punto que ninguna clase de impostura, general o particular, no ha podido colmar jamás su credulidad interesada.

¿Podrá alguien creer, después de todo lo visto por cada uno, que aún hay, entre los espectadores especializados en dar lecciones a otros, tarados capaces de sostener que una verdad anunciada en el cine algo tendrá de dogmático si no está probada con imágenes? Por otra parte, la servidumbre intelectual de la presente época llama envidiosamente "discurso del amo" a lo que describe su servidumbre; por lo que se refiere a los ridículos dogmas de sus patronos, se identifica de tal manera con ellos que ni siquiera los conoce. ¿Qué tendría que probarse con imágenes? Nada se ha probado nunca a no ser por el movimiento real que disuelve las condiciones existentes, es decir, la organización de las relaciones de producción de una época y las formas de falsa conciencia que sobre esta base han ido medrando.

[…]

Las anécdotas representadas son las piedras con que estaba construido todo el edificio del cine. En él no se encuentran más que los viejos personajes del teatro, aunque en un escenario más espacioso y más móvil, o de novela, aunque con un vestuario y un ambiente más sensibles. Fue una sociedad, y no una ética, la que hizo que el cine sea así. Habría podido ser examen histórico, teoría, ensayo o memorias. Habría podido ser la película que estoy haciendo en este momento. He aquí, por ejemplo, una película en la que sólo digo verdades sobre imágenes, todas ellas insignificantes o falsas; una película que desprecia este polvo de imágenes de que está hecha. Nada quiero conservar del lenguaje de este arte caduco, a no ser quizá el contraplano del único mundo que ha contemplado, y un travelling sobre las ideas pasajeras de una época. Sí, me enorgullezco de hacer una película con cualquier cosa; y me encanta que de esto se lamenten aquellos que dejaron hacer de toda su vida cualquier cosa.

He merecido el odio universal de la sociedad de mi tiempo, y me hubiera enojado poseer otros méritos a los ojos de esta sociedad. Pero he observado que es en el cine donde he provocado la más perfecta indignación, y la más unánime. Hasta el punto que en el cine me han plagiado con menos frecuencia que en otros campos, por lo menos hasta ahora. Mi propia existencia en el cine sigue siendo una hipótesis generalmente refutada. Así, me veo puesto por encima de todas las leyes del género. Por eso, como decía Swift, "me causa no poca satisfacción presentar una obra absolutamente por encima de toda crítica".

Para justificar, por poco que sea, la completa ignominia de lo que esta época habrá escrito o filmado, sería necesario un día poder pretender que no ha habido literariamente nada más, y con ello, que nada más, no se sabe muy bien por qué, fue posible. !Pues bien! me basto, por el ejemplo, para negar semejante apurada excusa. Y como no hubiera tenido necesidad de dedicar gran esfuerzo y tiempo a ello, no he creído tener que renunciar a tal satisfacción.No es tan natural como hoy se querría creer, esperar de cualquiera, entre todos aquellos cuyo oficio es la palabra en las condiciones presentes, que aporte aquí o allá novedades revolucionarias. Una tal capacidad sólo puede competir, obviamente, a quien por todas partes ha encontrado la hostilidad y la persecución, y en ningún caso subsidios del Estado. E incluso con más profundidad, sea cual sea la complicidad general para hacer el silencio al respeto, se puede afirmar con certeza que ninguna contestación real se llevará a cabo por individuos que, al exhibirla, se elevan socialmente más de lo que se hubieran elevado absteniéndose. Todo lo cual no hace sino imitar el ejemplo notorio de este floreciente personal sindical y político, siempre dispuesto a prolongar por un milenio más la queja del proletariado, con el único fin de conservarle un defensor.

Por mi parte, si he podido ser tan deplorable en el cine, es porque he sido mucho más criminal fuera de él. Primeramente tuve por bueno entregarme al derrumbe de la sociedad, actuando en consecuencia. Tomé este partido cuando casi todo el mundo creía que la infamia existente, en su versión burguesa o burocrática, tenía ante sí el más bello futuro. Y desde entonces no he cambiado, como los otros, de posición una o varias veces con el paso del tiempo; son más bien los tiempos los que han cambiado según mis opiniones. Hay en esto materia para desagradar a los contemporáneos.

Así pues, en lugar de añadir una película a las miles de películas mediocres, prefiero exponer aquí por qué razón no haré tal cosa. Consiste en reemplazar las fútiles aventuras que narra el cine, por el examen de una cuestión importante: yo mismo.

Se me ha reprochado, creo que sin razón, que hago películas difíciles: para acabar voy a hacer una. A quien se irrite por no comprender todas las alusiones, o se confiese incapaz de distinguir claramente mis intenciones, sólo le responderé que debe lamentar su incultura y su esterilidad, y no mis modos; ha perdido su tiempo en la universidad, donde se ponen a la reventa pequeñas reservas de conocimientos ya podridos.

(Guy Debord, In girum imus nocte et consumimur igni, Barcelona, Ateneú Enciclopedic Popular, 1999).



miércoles, 28 de septiembre de 2011

Muerte en Venecia (fragmento)



"Cuando uno se encuentra solo y taciturno, los hallazgos y las observaciones que puede hacer son, a un mismo tiempo, más confusas y más penetrantes que si se encuentra en sociedad, y sus ideas son más graves, más maravillosas y siempre un poco matizadas de tristeza. Imágenes y sensaciones de las que sería fácil desprenderse en un abrir y cerrar de ojos, con una carcajada o con un simple intercambio de frases, le hostigan de manera irrazonable, se hacen más profundas y se agravan al quedar inexpresadas, convirtiéndose en acontecimiento, en aventura, en pasión. La soledad, donde madura toda originalidad, toda belleza sorprendente y audaz, en una palabra, toda poesía, hace madurar a su vez todo lo que es perverso, monstruoso, culpable y absurdo"

Muerte en Venecia, de Thomas Mann

jueves, 22 de septiembre de 2011

Fly Pan Am - N'écoutez pas (2004)




"Queríamos ser el grupo de rock más feo, aburrido y frustrante, usando estructuras muy simples y repitiendolas ad nauseam, fragmentando el appeal del trance con cortes, ruidos y lo que sea. ¡Es muy divertido"

Roger Tellier-Craig 

Fly Pan Am es uno de los proyectos alternos de Roger Tellier-Craig, guitarrista de Godspeed You Black Emperor! En el momento que los integrantes de una agrupación monumental como GSBE! deciden librarse del peso de aquel nombre y ensayar por regiones menos pobladas, con otros ambientes y nuevas ideas, es porque andan en busca de una identidad musical diferente. Varias son las exploraciones que se han desprendido del gigante de Montreal: Set Fire to Flames, Do Make Say Think, A Silver Mt. Zion y el propio Fly Pan Am; ha sido para todas bien dificil encontrar un sonido distintivo. En el caso de Fly Pan Am, la forma de tocar la guitarra de Tellier Craig, tan facilmente reconocible, hizo que el art-funk instrumental de los dos primeros álbumes hiciera pensar en un GSBE! reducido al mínimo, menos deslumbrante.

Esto cambiaría con N'écoutez Pas (No escucháis). En su tercer LP, Fly Pan Am abandona toda formula previa para proyectar sonidos en todas direcciones. Es también la primera vez en que son incorporadas vocales como parte de los embates, al igual que un arreglo libre y desaforado de electronica, teclados y grabaciones de campo. Todo esto hace del N'écoutez Pas (con todo y la declaración de Tellier Craig, que solo quiere arrojarle leña al fuego) el mejor y más estimulante álbum de la banda a la fecha.

Nos encontramos con un álbum fragmentario, entrópico, perturbador... De ahí que en la carátula, escondido entre referencias borrosas y tachadas a gente como The Fall y Throbbing Gristle, esté el nombre de 'André Breton'. Como en los pasquines punk de finales de los setenta, Fly Pan Am recoge el uso del décollage y las referencias al surrealismo para insinuar un proyecto estético que involucra introducir aún más desorden y ruido a un post-rock ya de por sí saturado.

Entrando y saliendo a saltos frenéticos de las orbitas del krautrock, el anti-funk, el hardcore, y el noise, y sonriendo con desdén a inmortales como Velvet Underground y los Talking Heads, Fly Pan Am estremece las estructuras y abre una grieta en un género dominado hace ya varios años por GSBE!

jueves, 8 de septiembre de 2011

Chavela Vargas - 30 canciones


Dijo alguna vez Carlos Moniváis que cuando Chavela Vargas comenzó a cantar a finales de los cincuenta, sorprendió por su actitud desafiante y su apuesta radical. No se trataba sólo de su apariencia, que era ajena a la usanza de la época; su música, que prescindió del mariachi, eliminó de las rancheras su carácter de fiesta, desnudando su profunda desolación.

“¿Que soy un ser medio raro? Sí. Creo que estoy bastante loca, pero hay locos lindos y locos desgraciados, y yo soy de los bonitos.” La obra de Chavela Vargas es de alguna forma la historia marginal del México moderno, de su paso de lo rural a lo urbano: “El México de antes era un México para enamorarse de él, de su gente, de sus noches, de sus cosas. El de hoy es un gigante inmenso que está dormido, está quieto… Ese México es el que estoy esperando que despierte.” Cuando ella habla de la historia de la ranchera se siente la nostalgia de aquellas raíces campesinas:

Doña Toña La Negra era lavandera en Veracruz, en el barrio de La Bombilla. Ahí cantaba lavando ropa, y se oía la voz de la señora en el río cuando cantaba boleros y era de parársele el pelo a las compañeras con aquella voz de la jarocha preciosa, una voz divina. Alguien le dijo a Agustín Lara que había una muchacha en Veracruz que cantaba como los dioses y Agustín fue a conocerla. Habló con ella, la oyó cantar y se la llevó para México, y lo paró de cabeza con su voz increíble. El bolero cubano era un poco sensual y un poco sexual. Cuando llegó a México lo suavizaron, lo hicieron más dulce y lo cantaba, como digo, Toña La Negra. Luego apareció un charro cantor, don Jorge Negrete, que cantó un bolero y se le vino el mundo encima. ¿Cómo un charro va a cantar "Flor de azalea"? Lo cantó y se lo comieron. Luego vino Javier Solís, e hizo del bolero el bolero ranchero, y fue muy hermoso. Y Jorge siguió cantando boleros, también Pedro Infante, y el bolero se hizo una música de casa.



La vida de Chavela tiene un prolongado silencio entre mediados de los setenta y comienzos de los noventa. Después de llegar al mundo de Frida y Diego para ver como esta “se negó su propia genialidad para complacer a su hombre”, Chavela desaparece para refugiarse entre fondas y tugurios hasta que algún español la “re-descubre” cantando en Coyoacán y la lleva a Europa, donde “habrían de apreciar más su heterodoxia.” La historia después de eso es bien conocida.

Según aventura Chavela, su música “tiene que ver con eso que llaman alma… Y yo quiero que algún día se entienda que mi mensaje ya no es de la garganta, ya no es de disco, ya no es de concierto: es la voz inmensa del individuo humano que está callada, que no tiene nombre, que no puede llamársele de ninguna manera.”

Chavela Vargas - 30 canciones

jueves, 25 de agosto de 2011

Roberto Bolaño meets Ricardo Piglia

"De todas las islas visitadas, dos eran portentosas. La isla del pasado, dijo, en donde sólo existía el tiempo pasado y en la cual sus moradores se aburrían y eran razonablemente felices, pero en donde el peso de lo ilusorio era tal que la isla se iba hundiendo cada día un poco más en el río. Y la isla del futuro, en donde el único tiempo que existía era el futuro, y cuyos habitantes eran soñadores y agresivos, tan agresivos, dijo Ulises, que probablemente acabarían comiéndose los unos a los otros."
Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño


"El carácter inestable del lenguaje define la vida en la isla. Nunca se sabe con que  palabras serán nombrados en el futuro los estados presentes. A veces llegan cartas escritas con signos que ya no se comprenden. A veces un hombre y una mujer son amantes apasionados en una lengua y en otra son hostiles y casi desconocidos. Grandes poetas dejan de serlo y se convierten en nada y en vida ven surgir otros clásicos (que también son olvidados). Todas las obras maestras duran lo que dura la lengua en la que fueron escritas. Sólo el silencio persiste, claro como el agua, siempre igual a sí mismo."
La ciudad ausente, de Ricardo Piglia

martes, 23 de agosto de 2011

Siegfried Kracauer - The Mass Ornament (I)


The position that an epoch occupies in the historical process can be determined more strikingly from an analysis of its incospicuous surface level expressions than from that epoch’s judgements about itself. Since these judgements are expressions of the tendencies of a particular era, they do not offer conclusive testimony about its overall constitution. The surface-level expressions, however, by virtue of their unconscious nature, provide unmediated access to the fundamental substance of the state of things. Conversely, knowledge of this state of things depends on the interpretation of these surface-level expressions. The fundamental substance of an epoch and its unheeded impulses illuminate each other reciprocally.

Dónde vivir y para qué (fragmento)



El tiempo no es sino la corriente donde voy a pescar. Bebo en ella, pero mientras bebo, veo el fondo arenoso y advierto lo somero que es. Su delgada corriente se desliza, pero la eternidad permanece. Querría beber en lo profundo, pescar en el cielo, cuyo fondo está empedrado de estrellas. No puedo contar ni una sola. No conozco la primera letra del alfabeto. Siempre he lamentado no ser tan sabio como el día en que nací. La inteligencia es un cuchillo afilado, discierne y penetra el secreto de las cosas. No deseo estar más ocupado con mis manos de lo necesario. Mi cabeza es manos y pies. Siento mis mejores facultades concentradas en ella. Mi instinto me dice que mi cabeza es un órgano para excavar, así como otras criaturas usan su hocico y patas delanteras, y con ella minaría y excavaría mi camino a través de estas colinas. Creo que la vena más rica está por aquí; juzgo por la varita adivinatoria y los finos vapores ascendentes, y aquí empezaré a cavar.
 Henry David Thoreau

Andanzas, de Raúl Ruiz (1941-2011)





Ella me dijo: "Lo que me gusta en usted, es que no se mueve sin un objetivo preciso".


Yo reí.


-¿Cuál objetivo, exactamente?


-Seamos claros: en general, yo sé adonde quiero ir. Es normal. Cuando era pequeña, me gustaba mucho vagar por las calles. Me gustaba perderme en ellas. En el fondo, me encantaba asustar a mis padres: ellos lo sabían y me dejaban hacer. Una vez, tarde en la noche, escuché una conversación. Nevaba. Cada día que nieva siento una especie de pena. Decepción. Incluso hoy día.


- Y he aquí nieva.


- Le decía que me gustaba perderme. Hasta el día en que descubrí que mis padres se burlaban de mí, un día de nieve. No sé por qué le cuento todo esto.


-La pena, entonces.


-Así fue que me fugué. Sí, está en la familia. El espíritu de familia. El espíritu de la casa.


-¿Qué cómo me fugué? ¿Adónde? No muy lejos. Me escondí.


- No lejos de aquí.


- Nadie. Pero nadie me buscó.


-Mi hermano, él me encontró.


-Él fue el que vino.


-¿Qué hace aquí?


-Nada. Me escondo.


-¿Puedo quedarme contigo? ¿Te puedo dar un beso?


-Breve.


-No.


-Nada grave. Nada de nada, incluso.


-Nos quedamos juntos; en silencio. Sin una palabra.


-Luego, vino un hombre. Un desconocido.


-No nos dirigió la palabra. Una especie de vagabundo que se hablaba a sí mismo. Un vagabundo demente.


-En seguida vino alguien más. Ya no sé mucho quién. Alguien.


-Una niñita vino. Ella sí que me habló. Habló, habló.


-Después, nada. Silencio. Dejó de nevar.


-Todos se fueron.


-No sé por qué le cuento esto.


-Ah, sí, me gusta todavía pasearme sin rumbo preciso.


-Perdí a mi hijo. ¿Cómo? No sé. Lo ignoro.


-Se fue. Ocho años. Partió con su madre. Con alguien que él llama “su madre”.


-Es de locura todo esto, ¿no? Sí.


-Pero, seamos claros: ¿dice usted que me ama porque yo me desplazo de una cierta manera? Vamos. ¿Es evidente? Para nada. ¿Sabe? Hace mucho que hago teatro. Decoradora. Hay algo que se aprende en el teatro, y es que cuando uno se mueve es que hay una raz6n. Sin lo cual, uno no se mueve. Es todo. Pero yo (permita que me ría), he logrado moverme sin raz6n aparente, y (ella susurra) con una raz6n oculta.


-Bah, nada importante.


-Yo, si me muevo es porque busco un espejo.


-Simple. Me digo: busco un libro. Pero en realidad busco un espejo. Primero el espejo, luego el libro (siempre hay un libro cerca del espejo). Así es. ¿Por qué un espejo? Me miro. Y cada vez... Cada vez me descubro. Una nada: un tic. Una sonrisa que no me sospechaba.


-Ya sabe. Todavía me cuesta reconocerme.


No, no se engañe; yo me muevo, me muevo, pero sin objeto.

jueves, 18 de agosto de 2011

The Method Actors - This Is Still It (2010)



The Method Actors fue una de las primeras bandas en emerger de la escena punk/new wave de Athens, la misma que luego dio a luz a B-52, R.E.M. y Pylon. El sello Acute realizo un impecable trabajo de documentación antes de lanzar This Is Still It, compilación de las mejores piezas en el arsenal de esta banda fundacional del new wave norteamericano. En palabras del propio Peter Buck, guitarrista lider de R.E.M., este LP es “una especie de historia secreta de la escena musical de Athens”; se trata de un repaso por los primeros años del dueto, seguramente los más prolíficos.

Vic Varney las vocales y la guitarra, David Gamble la batería y los coros... the Method Actors fue un ejemplo de creatividad, de exploración, dando un amplio uso a unos recursos tremendamente limitados. Los  grooves repetitivos y la instrumentación de poco nivel técnico; la salvaje guitarra rítimica y la avasallante batería: este dueto se las arregló para ensamblar un sonido que oscilaba extrañamente entre el pop y el caos.

Si bien la energia de influencias típicas del punk como los Pistols y los Ramones fue lo que motivo a Varney y Gamble para armar el duo en primer lugar, con el tiempo se fueron colando influencias menos predecibles, como James Blood Ulmer y Capt Beefheart... ya se podrán imaginar las extrañas estructuras que resultaron, suerte de puentes hechizos tendidos entre la agresión del punk y aquel sonido sureño que le da tanta relevancia a la armonía vocal. Más adelante, siguiendo los pasos de B-52, la banda pronto incorporó las atmósferas de actos como Public Image Limited y Joy Division, el minimalismo de Young Marble Giants y el punk funky de Gang of Four. Sin embargo, más que un cúmulo de referencias, el producto de los Method Actors tiene una marca distintiva, definitivamente inconfundible.




The Method Actors - This Is Still It (2010)

martes, 16 de agosto de 2011

William Faulkner: ¡Absalón, Absalón!


Sé de dos tipos de escritor: el hombre cuya central ansiedad son los procedimientos verbales; el hombre cuya central ansiedad son las pasiones y trabajos del hombre. Al primero lo suelen denigrar con el mote de «bizantino» y exaltar con el nombre de «artista puro». El otro, más feliz, conoce los epítetos laudatorios «profundo», «humano», «profundamente humano» y el halagüeño vituperio de «bárbaro». El primero es Swinburne o Mallarmé; el segundo, Céline o Theodore Dreiser. Otros, excepcionales, ejercen las virtudes y los goces de ambas categorías. Victor Hugo anota que Shakespeare contiene a Góngora; podemos observar que también contiene a Dostoievski... Entre los grandes novelistas, Joseph Conrad fue acaso el último a quien le interesaron por igual los procedimientos de la novela, y el destino y el carácter de las personas. El último, hasta la aparición tremenda de Faulkner.
Faulkner gusta de exponer la novela a través de los  personajes. El método no es absolutamente original -El  anillo y el libro de Robert Browning (1868) detalla el mismo crimen diez veces, a través de diez bocas y de diez almas-,  pero Faulkner le infunde una intensidad que es casi  intolerable. Una infinita descomposición, una infinita y  negra carnalidad hay en este libro de Faulkner. El teatro es  el estado de Mississippi: los héroes, hombres  desintegrados por la envidia, por el alcohol, por la soledad,  por las erosiones del odio.

¡Absalón, Absalón! es equiparable a El sonido y la furia.  No sé de un elogio mayor.
[Jorge Luis Borges, 22 de enero de 1937]

miércoles, 10 de agosto de 2011

The Hells Angels

Leo por estos días la crónica que Hunter Thompson hizo de los Ángeles del infierno, aquella pandilla de forajidos motorizados que se hizo tan famosa a mediados de los sesenta. Entre las diferentes fuentes citadas, el testimonio de un senador republicano, que por aquella época vio a estos barbaros como el nuevo cancer de la sociedad norteamericana, me causó una especial impresión. Aquí el comentario:
"Filthy Huns breeding like rats in California and spreading east. Listen for the roar of the Harleys. You will hear it in the distance like thunder. And then, wafting in on the breeze, will come the scent of dried blood, semen and human grease. . . the noise will grow louder and then they will appear, on the west horizon, eyes bugged and bloodshot, foam on the lips, chewing some rooty essence smuggled in from a foreign jungle. . . they will ravish your women, loot your liquor stores and humiliate your mayor on a bench on the village square. . ."
Hell's Angels: A Strange and Terrible Saga, de Hunter S. Thompson

sábado, 23 de julio de 2011

Belong - Common Era (2011)

En sus comienzos, la música de Belong se hubiera podido definir como una exploración en el drone y el noise-ambient, claramente influenciada por la amplia producción que por el 2006 se dio de aquellos géneros. October Language, el primer álbum de este dueto de Nueva Orleans, trató de ensamblar una propuesta a partir de una serie de referencias musicales que van de Jesus and Mary Chain a Fennesz, sin dejar de pasar, claro está, por My Bloody Valentine. Después de October Language, LP de intención libre y experimental, el EP Colorloss significó un cambio, una clara voluntad por imprimir en el sonido de la banda aspectos estructurales más convencionales, incluyendo vocales y una bateria muy sutil. 

Resulta curioso que unos puristas del post-punk y el shoegaze vengan de Louisiana. Y digo puristas porque con Common Era, su más reciente álbum a la fecha, Belong parece tomar los elementos mínimos de estos subgéneros para reensamblarlos sin por ello degradarlos o transformarlos hasta volverlos irreconocibles (como si pasa con muchas de estas bandas post- o neo-). Al escuchar cortes como "Perfect Life", sentimos que las atmósferas espaciales del shoegaze se acentúan, se definen aún más, parecen compactarse. Las baterías a lo Stephen Morris son además un elemento nuevo en la ecuación... con todo, Common Era representa, sin duda, un salto inmenso en la evolución de la banda (y ojo que hablo de evolución como simple cambio, no como progreso).

Belong - Common Era (2011)

domingo, 26 de junio de 2011

The Replacements - Sorry Ma, forgot to take out the thrash (1981) + Hüsker Dü - New Day Rising (1985)

Esta entrada está inspirada por las dos colaboraciones anteriores que lidian con dos de las bandas más emblemáticas del post-punk y mi historia personal con ellas.

The Replacements son la banda que me "introdujo" al post-punk y específicamente, su primer albúm. De chico, los CDs no eran un gasto inútil sino una inversión duradera... o por lo menos lo eran hasta que tu hermano mayor imponía su superioridad física y los destruía para "darte un ejemplo." En cualquier caso, me gustaba ir con mis padres de compras simplemente para poder meterme en la tienda de música y ver las carátulas de los discos compactos por horas. Más que la música, los audífonos para probar la música se disponían demasiado altos para mi en ese entonces, gustaba de revisar las fuentes en las que se escribían las canciones, los dibujos de la portada, el diseño de la contraportada y sobre todo, buscar algo que nunca hubiese visto.

En una de estas aventuras por las tiendas de música encontré un CD cuya portada contrastaba claramente con las que le rodeaban. Dos muchachos, uno cantando con los ojos cerrados y el otro tocando la guitarra durante un concierto. Sobre esta foto se había aplicado un efecto de tinta lo que a mis ojos infantes era algo novedoso, llamativo. La foto de estos muchachos estaba rota por la mitad y entre ambos fragmentos estaba el nombre del CD y de la banda en letras imprentas que tampoco había visto antes. The Replacements - Sorry Ma, I forgot to take out the thrash era dicha portada. Dentro, el CD no estaba cubierto de plástico ni de esos armatostes de plásticos que pretenden protegerlos, pude apreciar el CD con un dinosaurio dibujado como por un niño de ocho años, y el manual con las fotos de los miembros y una pequeña historia, que por estar escrita en inglés, no entendí en el momento. Lástimosamente, no tenía suficiente dinero para comprar el CD en ese momento, pero el dinosaurio, la portada y la simpleza estética del manual me habían cautivado.

A medida que crecí y empecé a conocer de música, el recuerdo de esa portada me llevó a conocer la música de Paul Westerberg y compañía. Hace unos años tuve la oportunidad de finalmente comprar el CD y es, posiblemente, una de las compras más gratificantes que he realizado en mi vida. Suelo decir que cuando entro a una tienda de música me guío por las portadas y no tanto por el nombre de la banda y The Replacements es ciertamente una de las razones por las que hago esto.

Por el otro lado, está Hüsker Dü, banda que conocí musicalmente al mismo tiempo que The Replacements pero cuyos CDs nunca han logrado llamar mi atención estéticamente (lo cual vale decir, nunca fue su intención). Pero si voy a compartir este CD, es justo hacerlo en compañía del que lo acompaño a la salida de la tienda de música y que realmente me convenció sobre Hüsker Dü, New Day Rising. Lo primero que escuché de ellos fue el Candy Apple Grey que nunca me gustó, por no decir más. Debido a esto, cuando alguien me recomendó el Metal Circus y el Zen Arcade como dos de los mejores discos de la banda y como referentes mínimos para cualquier melómano , no lo creí, porque en mi joven mente, Hüsker Dü era simplemente una banda más. Pasaron un par de años hasta que finalmente escuché el Zen Arcade y le cogí gusto a Hüsker Dü, a pesar de que las memorias del Candy Apple Grey todavía rondaran por mis oídos.

Cuando llegué a la tienda de música y divisé el disco de The Replacements, existía una oferta de "pague uno, lleve dos," siempre y cuando el segundo CD se escogiese entre una pila de los mismos que se encontraba en un rincón de la tienda. Como desesperadamente quería comprar el disco, pero asimismo no pensaba desperdiciar la oferta de la tienda, hurgué por un buen rato entre los cientos de discos que se habían puesto en la canasta de ofertas. Finalmente encontré a Hüsker Dü y el New Day Rising. Cuando llegué a casa, escuché por varias horas el disco de The Replacements sin tan siquiera sacar de la bolsa el de Hüsker Dü, y cuando por fin lo hice, entendí porque me habían hablado tan bien de la banda. El New Day Rising es una obra maestra.



1. Takin A Ride
2. Careless
3. Customer
4. Hangin Downtown
5. Kick your Door Down
6. Otto
7. I Bought a Headache
8. Rattlesnake
9. I Hate Music
10. Johnny's Gonna Die
11. Shiftless When Idle
12. More Cigarettes
13. Don't Ask Why
14. Something to Dü
15. I'm in Trouble
16. Love You Till Friday
17. Shutup
18. Raised In The City
BONUS MATERIAL
19. Raised in The City (Demo)
20. Shutup (Demo)
21. Don't Turn Me Down (Demo)
22. Shape Up (Demo)
23. You Ain't Gotta Dance (Studio Demo)
24. Get On The Stick (Studio Demo)
25. Oh Baby (Studio Demo)
26. Like You (Outtake)
27. Get Lost (Outtake)
28. A Toe Needs a Shoe (Outtake)
29. Customer (Alternate Take)
30. Basement Jam (Rehearsal)
31. If Only You Were Lonely


1. New Day Rising
2. Girl Who Lives on Heaven Hill
3. I Apologize
4. Folk Lore
5. If I Told You
6. Celebrated Summer
7. Perfect Example
8. Terms of Pyschic Warfare
9. 59 Times the Pain
10. Powerline
11. Books about UFOs
12. I don't Know what you're Talking About
13. How to Skin a Cat
14. Whatcha Drinkin'
15. Plans I make




    miércoles, 15 de junio de 2011

    The Replacements - Let It Be (1984)









    Entre The Replacements y Hüsker Dü existió una suerte de rivalidad no declarada. Las dos bandas convivían en la misma ciudad, tocaban en los mismos sitios, dividían a las audiencias. No es posible hablar de una sin invocar a la otra. Peter Jesperson (fundador del sello Twin/Tone y responsable en buena medida de la emergencia de la escena punk en Minneapolis) tenía una manifiesta predilección por The Replacements. Por eso, cuando decidió no respaldar el primer álbum de Hüsker, Bob Mould (lider de esta banda) lo tomó como una ofensa personal. Tal como recuerda el propio Jasperson, su relación con The Replacements fue como un amor a primera vista:

    Era la primavera de 1980 y yo manejaba Oar Folk (una tienda de discos de la ciudad). De pronto, llega un día este tipo que yo no conocía llamado Paul Westerberg y me da un cassette. Caí de espaldas a los 30 segundos de haber puesto la grabación de The Replacements en el reproductor. La primera canción era “Raised In The City,” y recuerdo escuchar la linea: “I got a honey with a nice tight rear/She gets rubber in all four gears.” Fue tremendo. Lo primero que pensé fue que sonaba como un Chuck Berry rasgueado. Paul me contó después que, coincidencialmente, él estaba en la tienda el día que puse su cinta. Supongo que apenas lo escuchó salió corriendo del lugar. 
    Si algo recuerdan los que vivieron esa época, es que los shows de Paul Westerberg y su banda eran decadentes: casi siempre subían al escenario borrachos, olvidaban las letras de las canciones, usaban ropas extravagantes, hacían generalmente el ridículo. Cuando Steve Albini los vio en vivo, concluyó que era una de las peores bandas que había visto (lo curioso es que los Mats eran en realidad muy disciplinados y solían ensayar más que las demás bandas). Tal vez sea esto lo que hacía tan famosas sus presentaciones. Los Hüskers eran más grandes a lo largo del país, pero la escena local pertenecía a los Mats. La banda no tenía control, no respetaba nada, obedecía a un impulso puramente destructivo. Peter Buck (guitarrista de REM): "ellos tomaban al resto del mundo como su adversario... amo a estos tipos, pero si hay algo seguro es que nunca tomaban el camino que más les convenía, y esto hacía todo más complicado para los que estabamos alrededor. No se si era a propósito, pero así eran las cosas." Seymour Stein (cabeza del sello Sire) los vió en vivo por el 83 y solo necesitó unos momentos (al igual que Jasperson) para notar que se trataba de algo único. Casi al mismo tiempo que Karin Berg firmó con los Hüskers los Mats firmaron con Sire. Zen Arcade (ver post anterior) y Let It Be (último disco de The Replacements con Twin/Tone) llegaron a las tiendas norteamericanas para 1984. Tim (debut con Sire) apareció al año siguiente con el single "Bastards of Young", seguramente el mayor éxito de los Mats en los listados. Para el momento en que invitaron a la banda a tocar en Saturday Night Live (video al final del post), el panorama parecía estar marcado por la fama.

    Sin embargo, la banda jamás superó la adolescencia. La drogadicción de Bob Stinson se hizo incontrolable y Westerberg por su parte tampoco pudo dejar el licor. Stinson fue expulsado de la banda, Chris Mars optó por dedicarse de lleno a la pintura y todo comenzó a venirse abajo. Los reemplazos fueron Slim Dunlap y Steve Foley. Dice Ed Ackerson (vocal de The Dig): "para mí, las cosas cambiaron cuando la alineación original se separó y las payasadas comenzaron a lucir un tanto redundantes. Irónicamente, ese fue el momento en que el resto del mundo comenzó a fijarse en la banda".

    Lo inevitable llegó durante la gira All Shook Down. Cuenta Westerberg: "Tommy (Stinson, bajista de la banda y futuro integrante de Guns n Roses) estaba tan borracho como podía todas las noches, como si se tratara de un último “fuck you.” Si es que alguna vez alguien dedide hacer una película de The Replacements, esta momento del final debería ser incluido: Estabamos en Holanda y el promotor llegó con el poster del evento. Era una gran fotografía de mi rostro y decía: “Paul Westerberg And The Replacements.” Tommy lo tomó y lo hizo pedazos. Ese fue el final de the Replacements."

    The Replacements - Let It Be (1984)

    domingo, 12 de junio de 2011

    Hüsker Dü - Zen Arcade (1984)






    A mediados de la década de los 80, a medio camino entre la explosión de Athens y la de Seattle, el epicentro del rock underground en Norteamerica estuvo en Minneapolis. ¿Quién iba a creer que algo tan determinante tendría lugar en una ciudad alejada como esta, ubicada en plena región centro? De toda esta generación, Hüsker Dü y the Replacements son sin duda las dos bandas más influyentes, y es notable constatar que ambas recorrieron caminos paralelos, en cierta medida inseparables: las dos compartieron el debut en Nueva York el 17 de abril 1983 en un club llamado Great Gildersleeves; estuvieron también entre las primeras bandas independientes de corte punk en firmar con un sello grande; tanto Hüskers como Mats tuvieron entre las bandas que les sucedieron una tremenda influencia. La revista MAGNET reunió hace unos años una serie de testimonios de los integrantes de estas bandas y los protagonistas de la explosión de esta escena en las ciudades gemelas (twin cities, como se le conoce a la pareja Minneapolis – Saint Pauli). Reconstruir tal coyuntura a partir de fragmentos y testimonios es un ejercicio ciertamente interesante, pues permite hacerse a una mejor idea de las condiciones únicas que permitieron la emergencia de esta suerte de movimiento musical.

    En la segunda mitad de los setenta una banda de la ciudad, llamada The Suicide Commandos, estaba tocando punk rock sin saberlo. Según cuenta Tom Hazelmyer, vocalista de Halo Of Flies, para los adolescentes de la ciudad The Suicide fue una verdadera revelación, todos querían empezar sus propias bandas para tocar algo similar. Cuando llego a la ciudad lo primero de Los Ramones, fue para todos muy extraño constatar lo similar que sonaban las dos bandas (especie de poli-génesis), teniendo en cuenta que estas nunca habían tenido contacto directo: “Ya sabes, ese estilo comic-book punk.”

    Chris Osgood, vocal y guitarrista de The Suicide Commandos, fue precisamente quien le enseñó a Bob Mould (guitarrista de Hüsker Dü) a tocar: “ Fue divertido enseñarle a tocar guitarra a Mould y a Dave Pirner (guitarrista de Soul Asylum). Bob venía a mi apartamento y yo le enseñaba algunos acordes. Solo hizo un par de lecciones; era bastente listo. Tenía 18 en aquella época. Solía venir en bus y cuando bajaba tenía que arrastras su guitarra Flying-V por las escaleras hasta mi piso. Bob estaba a punto de formar Hüsker Dü.”

    Hüsker Dü hizo sus primeras presentaciones locales en 1979. La formación que se mantuvo hasta el final, tenía a Grant Hart en la batería y Greg Norton en el bajo. El sonido extra rápido y el performance intenso y caótico se volvió famoso con rapidez y la gente empezó a comentarlos. Varios llegaron de otras ciudades para verlos en vivo y cuando se encontraron con estos chicos “tan poco punk” se sintieron un tanto decepcionados. Dice Greg Norton (bajista): “Si no les gusta la música porque no nos vemos como esperaban, pues que vayan a que les den por el culo”. Twin/Tone, que era el sello underground de la ciudad, no quiso firmar con ellos para el primer álbum, de modo que debieron tomar el dinero que habían ahorrado de los shows y pedir un préstamo para poder grabar y llevar el material a las prensas. Todo fue por cuenta propia.

    Por la época la ciudad estaba en la mira de todo el país, pues Prince, hijo de Minneapolis, había llegado con fuerza a los listados nacionales con su Purple rain. Sin embargo, según Ed Ackerson (vocal de The Dig) en el mismo periodo Hüsker Dü estaba haciendo una música que tendría luego un impacto enorme a lo largo del mundo. “Al pensarlo con cuidado, bandas como Jesus And Mary Chain, Yo La Tengo, My Bloody Valentine, Dinosaur Jr, Pixies y Nirvana no habrían sido posibles sin su influencia.”

    Maggie MacPherson (manager de First Avenue): “Los 80 en Minneapolis son algo que difícilmente podrá ser replicado en cualquier otro lugar. Los ojos de la nación estaban sobre nosotros, estábamos dando las pautas en el sonido. Todos medio lo creíamos y medio nos burlamos. Teníamos una escena tan interesante como las de New York y Los Ángeles. Yo sentía como si ninguna ciudad pudiera equipararse a Minneapolis.”

    Hüsker Dü firmó con SST (sello californiano fundamental en la historia del hardcore) algún tiempo después y grabaron allí sus mejores trabajos. Vendieron cientos de miles de discos, pero la falta de asesoría hizo todo más facil para los dueños de SST, que les hicieron firmar acuerdos con los que perdían derecho a todas las ganancias por ventas. Fue una época muy prolífica. Dice Mould: “Creo que fue nuestro mejor momento: Zen Arcade, New Day Rising y Flip Your Wig. Después de los 60, lo reto a que me muestre otra banda que haya puesto en circulación un álbum doble en Julio, un LP en enero y otro en septiembre –de tal calidad- y estuviera además de gira permanentemente.”

    En un comienzo realizado en forma de disco doble, el sonido del Zen Arcade se extiende de momentos del más turbulento trash rock a "recesos" o “pausas” en los que el piano es protagonista. El corte totalmente acústico "Never Talking To You Again" se emplaza en medio de las agitadas "Broken Home, Broken Heart" y la monumental "Chartered Trips". "Monday Will Never be the Same" y "One Step at a Time", como contrapunto, son tonadas suaves de piano y sintetizador. "Indecision Time", "I'll Never Forget You", "Beyond the Threshold", y "Pride" dan una muestra del punto más alto en el frenezí que hizo famosa a Hüsker Dü (nadie tocaba tan rápido). Son ventanas para dar un vistazo a la época temprana de la banda. En realidad, este fue el mejor momento de la banda y representa un punto de transición hacia lo melódico.

    El gran problema de Hüsker Dü fue que tenía dos cabezas en la creación (Bob Moult y Grant Hart) y necesitaba de ambas. El éxito de la banda yacía precisamente en el balance de esas dos fuerzas. Si bien en lo musical Hüsker Dü fue un tremendo éxito, en lo personal fue un completo desastre. Ya sea por sus personalidades totalmente opuestas (Moult perfeccionista y megalómano, Hart pasivo y melancólico) o por convivir tanto tiempo juntos, lo líderes de la banda se convirtieron en enemigos irreconciliables. Ya se veía venir el final. En la grabación del Warehouse: Songs and Stories (Warner, 1987), Moult y Hart no compartieron estudio y prefirieron grabar sus canciones por separado. En diciembre de 1987 se rebosó la copa: en pleno tour, la banda rompió luego de que la drogadicción de Hart provocara la cancelación de los dos últimos compromisos en el itinerario. Desde entonces, Mould ha realizado algunos trabajos destacados (en especial sus éxitos con Sugar en los noventa). Hart también ha realizado algunos discos post-Hüsker (como solista y con Nova Mob), trabajando paralelamente como artista visual. Norton ahora es un chef.

    Hüsker Dü - Zen Arcade (1984)

    sábado, 11 de junio de 2011

    Don DeLillo - Mao II (fragmento)





    En las humanidades, llevamos décadas hablando de individuos y subjetividades... para Don DeLillo, en realidad hoy somos más masa que nunca:

    "The thousands stand and chant. Around them in the world, people ride escalators going up and sneak secret glances at the faces coming down. People dangle tea bags over hot water in white cups. Cars run silently on the autobahns, streaks of painted light. People sit at desks and stare at office walls. They smell their shirts and drop them in the hamper. People bind themselves into numbered seats and fly across time zones and high cirrus and deep night, knowing there is something they've forgotten to do." 
    "The future belongs to crowds."
    Mao II, de Don DeLillo

    miércoles, 8 de junio de 2011

    Pissed Jeans - Hope for Men (2007)

    "Well he's got a big white smile
    And the cotton shirt to match
    He'll talk about the weather
    on his digital watch
    He forwards funny emails
    Pics of a dog wearing a dress
    Light bounces off his hair gel
    He's handsome I confess
    They call him a people person
    It's always the people person
    My friends like a people person
    Girls melt for the people person
    Doors open for a people person
    I wanna be a people person
    New car with a people person
    Married to a people person
    Smile at a people person
    No rest for the people person"

    Es un lugar común decir que los géneros pasan y los estilos musicales se agotan. Puede que aquella regla tenga validez en términos de actualidad o innovación, pero los sonidos de épocas pasadas siempre nos seguirán seduciendo, pues tenemos la necesidad de volver a ellos para descomponerlos, diseccionarlos, corromperlos. La propuesta de Pissed Jeans (banda que ya va por su segundo álbum con SubPop, pues después de Hope for Men llegó Kings of Jeans en 2009) regresa a las fuentes, a los comienzos del hardcore, para tomar prestado el ruido caótico de bandas como Drunks With Guns y las tonadas del siempre estimulante Flipper. El resultado es un sonido sucio, que se mueve casi que aleatoriamente entre vértigo y frenesí. En cuanto a la voz de Korvette, es desgarradora, visceral y tremendamente adictiva.

    Las letras de Pissed Jeans se ubican en el mismo lugar que las manchas de color marrón en el colchón de Bukowski. Son una cachetada plena en la cara del average man norteamericano y su vida suburbana. Representan una ofensa abierta y airada. De repente aparecen ellos, en medio del picnic familiar, para escupir en los sandwiches de mantequilla de maní y patear la canasta y el resto de la merienda... al final las hormigas se apoderarán de todo. En eso la banda se distancia de la mayoría de sus congéneres en la escena independiente. Nada de fantasear con cacerías nocturnas de policías; ninguna referencia a callejones sórdidos y skid rows en los que la libertad es emborracharse con vino barato y romper los vidrios de los bancos. Para Matt Korvette y compañía, el hardcore tiene que hablar de otras cosas, en otras palabras, de la miseria de lo cotidiano. Pissed Jeans no intenta elogiar el anarquismo o idealizar de alguna forma la drogadicción (reconozcámoslo, Burroughs no se veía tan bien como algunos dicen después de chuzarse toda la vida). Maldecir el tazón de cereales, que es el mismo todas las mañanas; odiar el peso de las convenciones sociales; mostrarse sin la máscara del yonqui al que todo le vale igual... es tan solo un "here I am, this is me." A fin de cuentas, nadie espera vanguardia o genialidad del hardcore... solo honestidad.


    martes, 7 de junio de 2011

    Alasdair Roberts - Spoils (2009)





    Paso a paso, Alasdair Roberts se ha hecho con justicia a un lugar en el pináculo del folk contemporáneo. Comenzando con Appendix Out, banda de alineación variable que formó en los noventa, Roberts tuvo la suerte de contar con Will Oldham entre sus primeros fans, ganándose con ello un lugar en el sello de Oldham (Palace Records), para luego pasar a Drag City. Después de tres grabaciones con Appendix Out, cuatro como solista, y una grabación con el propio Oldham y Jason Molina bajo el nombre Amalgamated Sons of Rest, llegamos a Spoils, quinto trabajo como solista de Roberts, y en mi conepto el mejor concebido en su carrera. Al comenzar, el primer corte (“The Flyting of Grief & Joy -Eternal Return-”) supone un jugueteo entre las cálidas notas del piano y el bajo y una guitarra suave que recuerda a Nick Drake, abriendo el paso para la llegada progresiva de los más llamativos atributos del álbum: la densidad de las letras, que nos llegan a través del delicado gorjeo pastoral de Roberts; los característicos arreglos que incluyen instrumentos antiguos (como el clavecín y la viola de “The Flyting…”); la evocación de atmósferas rurales, donde el tiempo es otro. Aún cuando Roberts está radicado en Glasgow hace bastantes años, sus composiciones nos hacen sentir la marca de la Escocia remota de su infancia, el paisaje de paraderas, montañas y taluds.

    El sonido folk y el espíritu del álbum continúan mientras los minutos se suceden, sin tratarse por ello de una empresa purista; en la creación de Roberts tomarán lugar, así sea solo por un par de segundos, ruidos de guitarra (en segundo plano) ejecutados con virtuosismo y sintetizadores que se funden con naturalidad y entregan al conjunto un sutil toque de actualidad. Los detalles de alta tecnología son combinados con maestría con instrumentos del barroco como guitarra española, dulcémele y zanfona (especie de violín mecánico en el que las cuerdas suenan por la fricción de una rueda accionada con manivela). En “The Book of Doves” aparecen precisamente estos elementos anacrónicos, en la recreación maravillosa de la historia de cierto manuscrito medieval –probablemente ficcional, pero esto es lo de menos. Roberts parece ser el único que logra hacer rimar hoy día “mammon” (personificación medieval de la envidia) con “Slamanan” (una villa escocesa a unos 50 kilómetros del remoto lugar en el que el compositor creció). Las referencias al medioevo y el paso a una modernidad desacralizada continuarán a lo largo de Spoils, álbum que en últimas es un intento extraordinario por dar cuenta de la continuidad de dos épocas que aún conviven de forma periférica. Con un estilo que recuerda la mejor época de Drag City, este álbum es, además de una bella experiencia sonora, un paso gigantesco en la exploración musical de Roberts.

    Alasdair Roberts - Spoils (2009)

    domingo, 5 de junio de 2011

    Luna - Lunafied (2006)



    The Velvet Underground se ha convertido en un medidor que permite conocer qué tanto sabe alguien de música. “La tasa Velvet”: entre más los conozco mejor melómano soy. Como sabemos, la onda retro implica un continuo revisionismo, urgar en los anaqueles de discos para encontrar esos pequeños tesoros, aquellas grabaciones únicas que pasaron en un principio desapercibidas debido a ese público obtuso, siempre enceguecido por los cantos de sirena del mainstream. Al subir por esa lista imaginaria de bandas subestimadas (y ahora victimizadas), en la cima nos encontramos con Lou Reed y su gente. El rock implosionó, y como resultado una serie de bandas ha intentado y aún intenta recoger la antorcha que aquella banda genial y visionaria dejó a la deriva. Los resultados son usualmente ensayos musicales laberínticos, complejos, provenientes de músicos que quieren convertirse en esos nuevos hitos. Sin embargo, el caso de Luna es opuesto: Dean Wareham escogió un camino que se aleja de cualquier pretensión (por ello, tal vez, su música suena al mismo tiempo clásica e innovadora). Después de dar por finalizada la existencia de Galaxie 500, aquella banda que por sí misma hizo época, Wareham emprendió el proyecto Luna a comienzos de los noventa. Según él mismo menciona, en su lista de referentes se destacan (además de Velvet, que aparecerá una y otra vez a lo largo de su discografía) artistas como Joy Division, Serge Gainsbourg, Television, Neil Young y Lee Hazlewood.

    Ensamblada en un comienzo como trio, Luna incorporó en 1993 un segundo guitarrista de manera oficial (Sean Eden) con el EP Slide, compuesto en su mayor parte por covers. Además de un cambio de sonido, lo que quiero referir al mencionar este momento en la trayectoria de la banda es que el gusto de Wareham por re-interpretar la obra de sus músicos favoritos no es algo reciente. De hecho, con Galaxie 500 le hizo homenajes a Young Marble Giants, New Order, Yoko Ono, The Modern Lovers, y, por supuesto, The Velvet Un

    derground. Por eso no sorprende que en la época de Luna aparezca este álbum dedicado exclusivamente a covers (Lunafied), en el que Gainsbourg y Velvet van a la cabeza (en su versión de Bonnie and Clyde, al lado de Wareham está Laetitia Sadier, que reemplaza con su inconfundible voz el lugar que originalmente ocupaba Brigitte Bardot). Tal como sugiere el título, Luna imprime en todo el material su propio sello, esto es, su derivación y construcción a partir del sonido de Velvet.

    Si bien la muestra musical es bastante ecléctica, pronto da la impresión de que Luna va saldando a lo largo del álbum sus deudas pendientes (no se trata de grabaciones inéditas, pues los tracks compilados en Lunafied aparecen en diferentes trabajos previos). Para mi gusto, se destaca el resultado soberbio de los covers “Outdoor Miner” de Wire y “That’s What You Always Say” de Dream Syndicate (una favorita personal). En fin, una excelente colección de tributos de parte una de las mejores bandas de los noventa.

    1. Bonnie And Clyde [Clyde Barrow Version] (Serge Gainsbourg) 
    2. Indian Summer (Beat Happening) 
    3. Ride Into The Sun (The Velvet Underground) 
    4. In The Flesh (Blondie) 
    5. Season of the Witch (Donovan) 
    6. Jealous Guy (John Lennon) 
    7. Neon Lights (Kraftwerk) 
    8. Sweet Child of Mine (Guns n Roses) 
    9. That's What You Always Say (Dream Syndicate) 
    10. Everybody's Talkin' (Harry Nilsson) 
    11. Outdoor Miner (Wire) 
    12. No Regrets (The Walker Brothers) 
    13. La Poupee Qui Fait Non (Michel Polnareff) 
    14. Only Women Bleed (Alice Cooper) 
    15. Dream Baby Dream (Suicide) 
    16. Thank You For Sending Me An Angel (Talking Heads) 
    17. Bonnie And Clyde [Bonnie Parker Version] 

    Luna - Lunafied (2006)

    Lift to Experience - The Texas-Jerusalem Crossroads (2001)





    "When the Winston Churchills start firing their Winston rifles into the sky from the Lone Star State, drinking the Lone Star Beer and smoking their Winston cigarettes, you know the time is growing nigh..."
    Así empieza este extraño álbum conceptual, único en su tipo. El tema bíblico de The Texas-Jerusalem Crossroads es el fin del mundo, y el escenario es el estado de la estrella solitaria. Con la trinidad batería-bajo-guitarra encabezada por el genial Josh Pearson, la banda se autoproclama emisaria y asume el trabajo de promulgar La Palabra: El Señor se ha pronunciado, escogiendo a Denton, Texas como el epicentro del apocalipsis: "the USA is the center of Jerusalem,".

    Dado el sonido y la naturaleza ambiciosa del proyecto, Lift to Experience ha sido comparada con acierto con Spiritualized. También existen algunos elementos que hacen recordar a bandas del shoegaze británico como My Bloody Valentine y Ride (además, la producción estuvo a cargo de Robin Guthrie y Simon Raymonde de Cocteau Twins y se hizo bajo el sello londinense Bella Union). Sin embargo, el resultado final, presentado en forma de disco doble, tiene un toque distintivamente norteamericano. A lo largo del álbum, Lift to Experience nos sumerge en un mar de referencias musicales que se extiende también a los terrenos de Rodan, Slint y Godspeed you Black Emperor! Pero no nos confundamos, no se trata de un simple pastiche, pues todas las derivaciones fueron ensambladas con dedicación y creatividad, y el alto cuidado a los detalles resultó en un desenvolvimiento unas veces intenso, otras pausado, pero siempre sobrecogedor.

    Está claro que este fanatismo extravagante (que no es el único, pues para no ir tan lejos tenemos a Daniel Johnston a la vuelta de la esquina) se torna sin quererlo al mismo tiempo divertido y escalofriante, empezando como himno, para devenir primero en predicación y luego en sermón. Pero no creo que se trate del todo de un proyecto fallido, pues la composición es impecable y el resultado final (con todo y su insania apocalíptica) es ciertamente compacto. Después de un tiempo las referencias bíblicas (como en el corte "The Ground So Soft" y su recitación de Corintios 1 15:55: "Death where is thy sting? Grave where is thy victory?") dejan de ser inquietantes y la narración logra transportarnos a un lugar diferente.

    Aunque la banda en verdad creía en todo esto y sus integrantes se tomaban en serio su rol de predicadores, el mundo al fin de cuentas no se acabó. Fue para ellos el primer y último LP, y este final parece totalmente consecuente con una empresa que debió haber sido sumamente agotadora para cada uno de los integrantes. Sin embargo, la historia musical de Pearson no termina ahí. Después de pasar por una serie de dificultades clínicas vinculadas con una drogadicción que nunca ha logrado superar, Pearson estuvo por un buen tiempo internado en un asilo para pacientes mentales. Hace unos años se radicó en Berlin y en marzo de este año lanzó su primer trabajo como solista, titulado Last of the Country Gentlemen.

    Lift to Experience - The Texas-Jerusalem Crossroads (2001) 

    sábado, 4 de junio de 2011

    Milk Music - Beyond Living (2010)


    Milk Music es una banda sin sitio web, sin sello discográfico, sin reseña en portales especializados como Pitchfork o Gorilla vs. Bear. Este álbum (primer LP de la banda) lo encontré flotando en uno de esos blogs en que coleccionistas impulsivos suben incesantemente todo lo que encuentran por el camino. La mayoría suelen ser discos totalmente olvidables, pero a veces te tropiezas con cosas que hacen tu día. Con esta banda proveniente de Olympia, Washington (ciudad que vio nacer bandas de post-hardcore memorables como Unwound) lo que tenemos es rock en su mejor expresión. Nada de experimentación, nada de innovación. Riffs de Dinosaur Jr, algunos toques de los Replacements... seis tracks que suenan tremendo.

    Milk Music - Beyond Living (2010)

    jueves, 2 de junio de 2011

    Joy Division- Live in London, Nashville Rooms, 22 sep. 1979.


    Son pocas las bandas que logran sonar mejor en vivo que en sus versiones de estudio, o garaje en algunos casos. Vale aclarar, mejor no significa de una manera más limpia y retocada por los productores musicales u otros encargados de estos finísimos detalles. Simplemente, en mi humilde opinión, se trata de la fuerza del disco.

    Aquel que abandonara el mundo de una manera trágico-romántica el 18 de mayo de 1980, hace ya más de treinta años, fue una de las figuras más influyentes en la escena alternativa de Londres en la década de los setenta. No es otro sino Ian Curtis, vocalista de Joy Division. Y este disco, una joya de sus escasas presentaciones en vivo, le hace el mayor honor a su voz que haya yo escuchado.

    Ian Curtis, lector ávido de William Burroughs, utilizaba los escenarios como un desfogue de los tormentos personales que ya se podían escuchar en sus letras. Según la banda, cuando el Unknown Pleasures llegó a a manos de Martin Hannet, el producto de la banda, fue retocado de una manera tal que el sentido se perdió casi por completo. Le falta agresividad, potencia, y sobre todo, la crudeza que le habían querido imprimir desde que se sentaron a componerlo. Cuando se escuchan las canciones pertenecientes a este disco es fácil entender su descontento.

    La voz de Curtis suena increíble, sin mencionar que debido a su condición epiléptica, lograr una fuerza y una actuación de este calibre por parte suya era muy difícil. Existe cierta angustia, rabia y hasta furia a lo largo de todas las actuaciones que logra erizar los pelos de cualquiera que realmente disfrute del género. El disco no está retocado y esto resalta la importancia que tenía la voz en las presentaciones de este grupo londinense. Pero mejor escucharlo y sacar conclusiones propias.

    Ya más de treinta y un años sin este personaje y pionero del post-punk...


    The Gories - Outta Here (1992)

     

    En la ciudad de Detroit presenciamos las ruinas de la industrialización. De hecho, Detroit se ha convertido en el típico ejemplo para hablar de deterioro urbano, desindustrialización y white flight (término técnico que se refiere a la migración que en dirección a los suburbios emprenden los blancos norteamericanos cuando las cosas se tornan en verdad dificiles). La industria automotriz, que habia sido la base de la prosperidad de la ciudad a comienzos de siglo y había empleado a la mayor parte de los residentes, se fue relocalizando y dinamizando y Detroit comenzó a experimentar una masiva pérdida de población que vino acompañada del inevitable deterioro del paisaje urbano, plagado ahora de cicatrices y estructuras abandonadas.


    El desempleo se ha convertido en la constante de Detroit. Según especula  Mick Collins (vocal de The Gories), los habitantes de la ciudad tienen desde hace tiempo solo un par de opciones seguras: abrir una licorería para abastecer a los borrachines que pululan por las calles de la ciudad, o armar una banda y ganarse unos pesos tocando en bares de mala muerte. Tal vez sea esa mezcla de azar y necesidad la que ha dado las condiciones para la emergencia de una escena que en los 80 se convirtió en un segundo hogar para bandas como Black Flag y Dead Kennedys (a partir de los 90 se dio un relevo y el punk dio paso al techno y al hip hop, géneros que en la ciudad también cuentan con sus referentes). Collins no quería terminar en un tiroteo de licorería y a mediados de los 80 decidió reunirse con un par de conocidos para formar The Gories. Como varias bandas de la época, la apuesta del trio era mezclar el R&B con el punk, que estaba por entonces en pleno apogeo. Los Gories dedicaron los siguientes años a tocar para audiencias que en las mejores noches llegaban a 40 o 50 parroquianos; sus presentaciones en vivo eran tan desprolijas que en un par de ocasiones fueron escogidos como la peor banda de la ciudad. En 1992,  después de innumerables complicaciones y en unas condiciones bastante precarias, lanzaron Outta Hear (su último álbum), pero habían llegado a detestarse tanto que decidieron separararse a los pocos días.  


    Como suele pasar a menudo (no solo en el ámbito musical), el Outta Hear, aquel afortunado accidente, se convirtió en una pieza de culto a pesar de su pobre bienvenida inicial. Fue una generación posterior, con el juicio que solo es posible cuando el tiempo está de por medio, la que determinó que la música de The Gories no era basura sino que representa una de las primeras oleadas de la segunda oportunidad histórica reservada al garage rock. De nuevo, uno de esos lamentables casos en que los visionarios han entrado y salido por la puerta trasera. Objeto de burla hace veinte años, parece que hoy todos quieren sonar como The Gories (tal como diría un amigo, lo anómico de hoy es lo canónico de mañana). Significativamente, su formación, en la que no aparece el bajo, se ha convertido en algo así como un canon parar muchas bandas de la escena punk y garage underground.




    The Gories - Outta Here (1992)
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