miércoles, 8 de junio de 2011

Pissed Jeans - Hope for Men (2007)

"Well he's got a big white smile
And the cotton shirt to match
He'll talk about the weather
on his digital watch
He forwards funny emails
Pics of a dog wearing a dress
Light bounces off his hair gel
He's handsome I confess
They call him a people person
It's always the people person
My friends like a people person
Girls melt for the people person
Doors open for a people person
I wanna be a people person
New car with a people person
Married to a people person
Smile at a people person
No rest for the people person"

Es un lugar común decir que los géneros pasan y los estilos musicales se agotan. Puede que aquella regla tenga validez en términos de actualidad o innovación, pero los sonidos de épocas pasadas siempre nos seguirán seduciendo, pues tenemos la necesidad de volver a ellos para descomponerlos, diseccionarlos, corromperlos. La propuesta de Pissed Jeans (banda que ya va por su segundo álbum con SubPop, pues después de Hope for Men llegó Kings of Jeans en 2009) regresa a las fuentes, a los comienzos del hardcore, para tomar prestado el ruido caótico de bandas como Drunks With Guns y las tonadas del siempre estimulante Flipper. El resultado es un sonido sucio, que se mueve casi que aleatoriamente entre vértigo y frenesí. En cuanto a la voz de Korvette, es desgarradora, visceral y tremendamente adictiva.

Las letras de Pissed Jeans se ubican en el mismo lugar que las manchas de color marrón en el colchón de Bukowski. Son una cachetada plena en la cara del average man norteamericano y su vida suburbana. Representan una ofensa abierta y airada. De repente aparecen ellos, en medio del picnic familiar, para escupir en los sandwiches de mantequilla de maní y patear la canasta y el resto de la merienda... al final las hormigas se apoderarán de todo. En eso la banda se distancia de la mayoría de sus congéneres en la escena independiente. Nada de fantasear con cacerías nocturnas de policías; ninguna referencia a callejones sórdidos y skid rows en los que la libertad es emborracharse con vino barato y romper los vidrios de los bancos. Para Matt Korvette y compañía, el hardcore tiene que hablar de otras cosas, en otras palabras, de la miseria de lo cotidiano. Pissed Jeans no intenta elogiar el anarquismo o idealizar de alguna forma la drogadicción (reconozcámoslo, Burroughs no se veía tan bien como algunos dicen después de chuzarse toda la vida). Maldecir el tazón de cereales, que es el mismo todas las mañanas; odiar el peso de las convenciones sociales; mostrarse sin la máscara del yonqui al que todo le vale igual... es tan solo un "here I am, this is me." A fin de cuentas, nadie espera vanguardia o genialidad del hardcore... solo honestidad.


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